Dentro de un entorno cambiante y competitivo, la Visión es
lo que nos mantiene en el camino correcto. Los objetivos nos aterrizan,
dándonos pauta a realizar nuestras labores cotidianas concretamente para no
perder el rumbo.
Un objetivo es el fin último que debe alcanzar una acción o
conjunto de acciones, actividades u operaciones. Los objetivos deben estar
encaminados a cumplir la Visión de un negocio.
Cuando los objetivos no están bien definidos, podrían
contribuir al caos de nuestro negocio. Cada persona que trabaja en una empresa
debe saber con exactitud lo que se requiere de ella, siempre apuntando a la
Visión.
La nomenclatura SMART
nos ayuda a que nuestros objetivos sean inteligentes,
es decir, estén debidamente planteados y no sean solamente un conjunto de
buenas intenciones.
Los objetivos Smart deben ser:
S Específicos
(specifics): Estar planteados lo más concretamente posible, redactados con
claridad, sin prestarse a diversas interpretaciones ni someterse al criterio de
quien lo aplique.
M Medibles
(measurable): Deben tener una cantidad a alcanzar. Esto facilita la evaluación
y anima a quien lo persigue.
A Alcanzable
(attainable): Deben ser realistas, capaces de ser cumplidos, aunque también
deben significar un reto.
R Relevantes
(relevant): Deben ser de tal importancia que su cumplimiento nos acerque
notoriamente a la visión, no tiene caso fijarnos objetivos bien redactados si
no se notan.
T Tiempo (timely):
Deben tener una fecha de cumplimiento en el que se aplicará la evaluación de su
cumplimiento.
Tener objetivos inteligentes reducen la incertidumbre en
nuestras operaciones diarias, contar con ellos puede significar un cambio
drástico en el crecimiento de tu negocio.
Lourdes Albores.
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